Fronteras y trámites migratorios

  Actualmente, se estima que el número de migrantes internacionales oscila entre 185 y 192 millones. Esta cifra representa el tres por ciento de la población mundial. Casi la totalidad de los países se ven afectados por el fenómeno de la migración internacional, ya sea como países de emigración, de inmigración, de tránsito, o incluso los tres a la vez. 
    La migración internacional se ha convertido en una característica intrínseca de la globalización.



   Un migrante internacional es una personas que vive temporal o permanentemente en un país del cual no es nacional. El termino se refiere a los casos en los que la decisión de emigrar ha sido tomada libremente por el individuo en cuestión, sin la intervención de factores externos. Por lo mismo, los migrantes se diferencian de los refugiados y solicitantes de asilo. Migrar es un Derecho, migrar necesariamente no se produce de países pobres hacia países ricos, ni de sur a norte. Migrar es un hecho histórico y el humano lleva migrando durante miles de años sobre el planeta Tierra. Es más,como especie el humano ha estado más tiempo circulando estacionariamente que residiendo en un sitio en particular. 
    Migrar constantemente dentro de Argentina con aparentes ideales libertarios o de labor intermitente lleva el apelativo histórico de vagabundo, croto o linyera. Desde la década del 60` del siglo pasado en adelante, ha tomado la denominación de hippie,  y desde los 80` mochilero a la persona que elige temporalmente la errancia como factor motivacional de vida. También en otras naciones se los ha conocido como truhanes, hobos, wanderer. El movimiento constante y la vida al iare libre deben ser quizás los único factores que emparenta hasta la actualidad a todos.
 
    Mover quizás para escapar del trabajo permanente,de la propiedad, del patrón, de la ley; mover para cambiar algo, mover para conocer otros sitios, y finalmente llegar a conocerse a uno mismo.
    Los motivos y las formas de hacerlo son variadas, ya que no hay reglas en esta forma particular de busqueda de libertad. Y esta última palabra es la que marca la diferencia, migrar no sólo en busca de mejores condiciones de vida o de trabajo, sino migrar porque se te da la gana, migrar para cambiar constantemente de escenario, migrar para vivir al aire libre, migrar para aprender otras costumbres, migrar para enamorarse de otras personas y otros sitios, migrar para soltar el pasado, migrar para ser de cierta forma un poco más libre. 
    Sean cuales fueran las causas, las consecuencias y las formas que generan y producen el movimiento, han sucedido cambios históricos en la legalidad de la permanencia del migrante internacional. Además de estar privatizado el terreno social y natural, el cruce de una frontera nacional a otra obliga al migrane a cumplir ciertos plazos y requisitos. El hecho es que, por ejemplo en tierras americanas han aparecido las fronteras políticas tal cual las conocemos hoy en día hace un poco más de doscientos años, y en la actualidad con rigurosos controles y leyes las naciones definen cuanto tiempo uno puede residir en tránsito en la extensión de cada territorio.  
    Migrar es un Derecho. Sin embargo, para trabajar en el extranjero en todos los países es obligatorio tramitar una visa de empleo, o sea pagar un permiso para estar habilitado a trabajar. De lo contrario, el errante al cruzar una frontera pasa a ser instantaneamete un turista, o sea un visitante que debe llevar dinero en el bolsillo para costear sus gastos de trasporte, comida y asilo. Tres meses será el máximo permitido en esta modalidad y podrá recurrir, en la mayoría de las naciones pagando un arancel, a tres meses más permanencia al año. Después será cuestión de qué agilice sus trámites de residencia, o se retire de la nación. Sin embargo, es posible hacer dinero en el camino, o simplemente conseguir refugio y alimento sin prescindir del metal. También es posible permanecer con la boca cerrada y con cara de disimulo aún cuando el tiempo estimado haya caducado. Y ese fue mi caso en varias naciones. 
    Tanto en Perú, como en Ecuador, Colombia, Venezuela y Brasil, caducada mi condición de turista trimestral no hice demasiado barullo para continuar viviendo como extranjero. 
    
   En Perú por cada día que uno se excede debe pagar un dolar. O sea, siete días de exceso equivaldrían a siete dolares de multa. A dicho país le quede debiendo alrededor de 180 dolares. El oficial de migraciones de la frontera me dijo lo siguiente: "si no tiene el dinero no puede egresar legalmente del país, pero nadie puede impedirle que se vaya de aquí". Acto seguido, al estar en una frontera amazónica me subí a una piragua a motor y crucé a Ecuador. No tenía el sello de salida, sin embargo la computadora de registro no les funcionaba, así que me dejaron ingresar libremente, con 3 meses de permanencia.
    En Ecuador además de ser deportado dos veces, conseguí ingresar por tercera vez. Al salir estaba con los días vencidos. De todas maneras quince minutos más tarde, luego de firmar una planilla protocolar conseguí salir sin ningún drama.
    En Colombia me excedí seis meses más de lo permitido. En la frontera un sólo oficial se puso rígido con la cuestión y no tuvimos ( junto a María y Carlos ) más que aguardar seis horas en la sala de espera, hasta firmar una planilla de autodeportación, la cuál aclaraba que no podíamos volver a ingresar al país en los próximos dos años. 
    En Venezuela permanecí cinco meses más de lo permitido. En el aeropuerto de La Guayra tan sólo me fastidiaron un poco por no poseer pasaporte, tan sólo DNI, y porque la foto carnet estaba tan húmeda que mi rostro era una mancha borrosa e indescifrable. Al llegar a Argentina el jefe de migraciones me regañó por la misma cuestión, pero no hubo ningún drama.
    En Brasil permanecí seis meses más de lo permitido. En la frontera terrestre con Uruguay tampoco me retrasaron mucho. Cómo en la entrevista que le hicieron a Marita se descubrió nuestros largos años de ruta y trabajo callejero e informal no hubo demasiada demanda a la hora de exigir el pago de 840 reales de multa ( a cada uno ). Además de permitirnos salir de país al instante nos condonaron la multa, y por lo tanto podemos regresar cuando queramos. El pasado pisado. 

    Así es como me funcionó a mí la cuestión migratoria, políticamente hablando. En Paraguay, Bolivia y las dos veces que fuí a Uruguay respeté el tiempo de permanencia por estar viajando más rápido. La bicicleta tan sólo fué escaneada en la aduana en dos ocasiones en particular. Una en la frontera entre Paraguay y Argentina de Encarnación-Posadas, donde no se permite cruzar pedaleando el puente internacional y se debe tomar un tren. La otra fué en el aeropuerto de La Guayra de Venezuela. 
     Las fronteras terrestres secas no se inmiscuyen en lo más mínimo en el equipaje de un ciclista. 

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