Llenar la jaula de comida, espejos y pantallas

Beber jugo con saborizante artificial

Tener muchos amigos en las redes sociales

y muy pocos en la vida real

Saber de futbol, pero nunca jugarlo

Exponerse al sol para sentir una insalubre belleza

Votar a los mismos forros de siempre

Tener sexo con la frialdad de una máquina tragamonedas

Creer que las colillas son semillas

Leer libros que te ensenen a volverte mágicamente rico

Saber a cada instante la hora aunque no haya nada para hacer

Comprar un paquete turístico e ir disfrazado de turista

Estudiar para ser alguien, de buen sueldo, en la vida

Seguir creyendo que los noticieros cuentan la verdad

Conseguir dinero para que otras personas solucionen

todos nuestros problemas

Donar litros de sangre a los gobernantes

Nunca jamas regar un planta

Tener muchas mascotas,

pero no pensar en tener ningún hijo

Habitar ciudades y evitar los pueblos

Obedecer lo absurdo

Prohibir lo necesario

y permitir que una minoría sea dueña de todo

Dejar comida en el plato para alimentar a los basurales y a los pobres

Pagar los honorarios de un psicólogo

y regatear los precios de un vendedor ambulante

Sonreír por compromiso

Hablar por la espalda

Saludar para quedar bien

y opinar aunque no se tenga idea


Alistarse en el ejercito de boludos que defienden las fronteras

económicas de empresarios inescrupulosos y políticos corruptos

Continuar cavando una tumba sin recibir ayuda de nadie

Quitarse de encima a los insectos

Vender humo, chamuyar en grande

Matar a un galán con la billetera

Llorar y estar triste cuando no haya testigos

Continuar viviendo un lento suicidio

en el rincón de un cuarto oscuro


Medio dormido fue a la Quiniela,

aposto a sus números con bastante pereza.

Gano, gano mucha guita,

pero le dió paja ir a cobrar

porque adentro y afuera

no dejaba de llover.


El pronóstico anunciaba para toda la semana,

la misma tristeza.