Descripciones, visiones, pensamientos y emociones resultantes de más de media década recorrida por un argentino a pie, en bicicleta y en barco por tierras sudamericanas. Inicié este Blog para compartir la belleza que vibra en cada instante y la ceguera colectiva que oprime nuestra condición más humana. Aquí el observador comienza a ser observado, por el lente agudo del lector y aquello que escribo no son más que los fragmentos mentales de un caminante...
Debería aprender a
respirar profundo
mantener el equilibrio
y relajar las tetas.
Reírme de chistes sin gracia
Apoyar a artistas que no conoce nadie
Prestar los juguetes si algún día vuelvo a ser un niño
Pintar paredes de cualquier color menos gris
Cerrarle la bragueta a la mente de vez en cuando
Organizar más orgías interbarriales
No lastimar las encías de la gente cuando escarbo sus dientes
y pasear con un perro de la calle
hasta donde él decida ir.
Ahora que tengo las respuestas
me olvide todas las preguntas
Ahora que encontre las llaves
no sé donde están las puertas que debería abrir
Cierro los ojos
Observo el cielo
Sé que el arcoiris tiene más de cuatro colores
Cierro los ojos
Pasa la tormenta
Entierro mis problemas para que mañana brote una solución
Cierro los ojos
Observo el espejo partido
Sé que salir del calvario depende de mí.
Vivo entre aserrín y arcilla
entre reservorios de agua de lluvia
entre árboles nativos y vecinos foráneos
vivo entre hippies, locxs, punks y paisanos
vivo en una toma
vivo adentro de una reserva forestal
vivo con mis hijos y mi compañera
vivo, respirando anarquía.
Porque hay asamblea.
Porque desde que conocí la historia de mis ancestros
no pude creer que la tierra se compre o se venda.
Sangre terrateniente, nativa y campesina,
corren de la mano por mis venas.
Y yo elegí hacer justicia.
Y yo elegí reclamar mis derechos
a un ambiente digno, a poder hacer una vivienda.
elijo el baño seco, la huerta, plantar frutales, ducharme en el río,
y caminar al margen del estudio jurídico
a la orilla de la frontera
pensar en que es más dulce equivocarme a mi manera
a que mis sueños sean interrumpidos por un despertador.
Y al igual que una persona salida del closet
yo no elijo mi condición
sencillamente soy noble a mi sentir
y eso me brinda orgullo
quizás porque tengo grabado en la memoria el ruido estremecedor
que produjo la caída de cada imperio.
El olor a vomito de la megaminería
y el desmonte violento para cultivar la maldita soja,
entre tantos ejemplos que me llevaron a tomar la decisión
de tomar un terreno
y dejar de subsistir
destruyendo
Hablar
¿De qué tengo que hablar?
¿De mis cotidianos dramas emocionales,
de los incendios intencionados para comercializar la tierra,
de la crisis económica que genera la infinita cuarentena
y que deja a más de uno friendo trapos de piso para comer?
¿De que tengo que hablar?
de mis ideas poeticamente incorrectas
de las pibas que gritan ni una menos y cada día muere una más
de los campos de concentración para cerdos made in China,
de los humedales arrasados en Santa Fe?
¿De que tengo que hablar?
de lo inútil que me resultan la mitad de los posteos de las redes sociales,
de las mentiras que reproducen los miedos de comunicación más iva,
de eso tengo que hablar?
¿Es es lo que quieren escuchar?
¿De que me sirve dar lo que ahora no quiero recibir?
¿Por que buscamos consuelo en otro cuerpo?
¿por que buscamos refugio en las palabras que otro pronuncia?
¿Para poder escucharnos a través de otros labios?
¿Para escuchar lo que no podemos decir?
¿Para experimentar ese amor liviano de cuento de hadas?
¿Para no sentir el manotazo de la fría soledad en la nuca
mientras la lluvia nos toma por sorpresa?
¿De qué tengo que hablar para sentirme escuchado,
si los gustos y las opiniones son proporcionales
a la cantidad de huellas dactilares que hay en el mundo
¿Será la necesidad de sentirme arraigado a la tierra
una vez que ya fui arrancado de raíz?
¿Será el oculto deseo de ser masivamente observado en la intimidad
mientras me hago esta frenetica paja mental?
¿Serán las ganas de incendiar mi ropa para ir a un velorio desnudo?
¿De que tengo que hablar y con cuanta frecuencia tengo hacerlo
para no sentir que me estoy muriendo?