Debería aprender a

respirar profundo

mantener el equilibrio

y relajar las tetas.

Reírme de chistes sin gracia

Apoyar a artistas que no conoce nadie

Prestar los juguetes si algún día vuelvo a ser un niño

Pintar paredes de cualquier color menos gris

Cerrarle la bragueta a la mente de vez en cuando

Organizar más orgías interbarriales

No lastimar las encías de la gente cuando escarbo sus dientes

y pasear con un perro de la calle

hasta donde él decida ir.


Ahora que tengo las respuestas

me olvide todas las preguntas

Ahora que encontre las llaves

no sé donde están las puertas que debería abrir

Cierro los ojos

Observo el cielo

Sé que el arcoiris tiene más de cuatro colores

Cierro los ojos

Pasa la tormenta

Entierro mis problemas para que mañana brote una solución

Cierro los ojos

Observo el espejo partido

Sé que salir del calvario depende de mí.





Vivo entre aserrín y arcilla

entre reservorios de agua de lluvia

entre árboles nativos y vecinos foráneos

vivo entre hippies, locxs, punks y paisanos

vivo en una toma 

vivo adentro de una reserva forestal

vivo con mis hijos y mi compañera

vivo, respirando anarquía.

Porque hay asamblea.

Porque desde que conocí la historia de mis ancestros

no pude creer que la tierra se compre o se venda.

Sangre terrateniente, nativa y campesina,

corren de la mano por mis venas.

Y yo elegí hacer justicia.

Y yo elegí reclamar mis derechos

a un ambiente digno, a poder hacer una vivienda.

elijo el baño seco, la huerta, plantar frutales, ducharme en el río,

y caminar al margen del estudio jurídico

a la orilla de la frontera

pensar en que es más dulce equivocarme a mi manera

a que mis sueños sean interrumpidos por un despertador.

Y al igual que una persona salida del closet

yo no elijo mi condición

sencillamente soy noble a mi sentir

y eso me brinda orgullo

quizás porque tengo grabado en la memoria el ruido estremecedor

que produjo la caída de cada imperio.



El olor a vomito de la megaminería

y el desmonte violento para cultivar la maldita soja,

entre tantos ejemplos que me llevaron a tomar la decisión

de tomar un terreno

y dejar de subsistir

destruyendo





Hablar


¿De qué tengo que hablar?

¿De mis cotidianos dramas emocionales,

de los incendios intencionados para comercializar la tierra,

de la crisis económica que genera la infinita cuarentena

y que deja a más de uno friendo trapos de piso para comer?




¿De que tengo que hablar?

de mis ideas poeticamente incorrectas

de las pibas que gritan ni una menos y cada día muere una más

de los campos de concentración para cerdos made in China,

de los humedales arrasados en Santa Fe?




¿De que tengo que hablar?

de lo inútil que me resultan la mitad de los posteos de las redes sociales,

de las mentiras que reproducen los miedos de comunicación más iva,

de eso tengo que hablar?




¿Es es lo que quieren escuchar?

¿De que me sirve dar lo que ahora no quiero recibir?

¿Por que buscamos consuelo en otro cuerpo?

¿por que buscamos refugio en las palabras que otro pronuncia?

¿Para poder escucharnos a través de otros labios?

¿Para escuchar lo que no podemos decir?

¿Para experimentar ese amor liviano de cuento de hadas?

¿Para no sentir el manotazo de la fría soledad en la nuca

mientras la lluvia nos toma por sorpresa?




¿De qué tengo que hablar para sentirme escuchado,

si los gustos y las opiniones son proporcionales

a la cantidad de huellas dactilares que hay en el mundo

¿Será la necesidad de sentirme arraigado a la tierra

una vez que ya fui arrancado de raíz?

¿Será el oculto deseo de ser masivamente observado en la intimidad

mientras me hago esta frenetica paja mental?

¿Serán las ganas de incendiar mi ropa para ir a un velorio desnudo?




¿De que tengo que hablar y con cuanta frecuencia tengo hacerlo

para no sentir que me estoy muriendo?