Carta a mi mismo

Deposita tu confianza en quién se lo merezca
en quién demuestre transparencia en sus actos
en quién fluya sobre piedras como un río.

Hazle saber tus interrogantes, 
deja que conozca tus miedos.
Muestrale el camino que eliges

Guarda siempre en tu mano la piedra del coraje.
Haz real lo que sientes y elimina lo que temes
Y si sucede, 
afróntalo como un aprendizaje,
como un nuevo ejercicio donde tendrás que evaluar
el valor de lo previamente aprendido.

La hoja estará eternamente en blanco

Tendrás que conocer mucho para confirmar 
que no sabes nada.

Vuelve a empezar, 
vuelve a volar
solitario 
desde el nido de ramas tibias
Cuando abras tus auténticas alas
verás que esta vez puedes llegar más alto.

Que su confusión no haga tanto ruido
 en tu cabeza

El silencio es quietud, el silencio es calma
Sigue sus pasos sin perder el camino.

Te hablo porque me preguntas
Respondo lo mismo que ya sabes

Vivir más presente te hará más sabio
Hoy eres mi versión de niño.
A su momento notarás los cambios,
Como ya los has sentido.
Hoy despiertas para abrir y cerrar un nuevo ciclo

El valor oculto de mis palabras 
espera el instante en que suenen las campanas
y se abra el telón
donde la obra requiere la atención del público
y los diálogos tejan con sus pequeños hilos 
el concepto
que pretende ser transmitido


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