Balance

Había decidido irme lejos,con la excusa y los ánimos de conocer un poco el mundo. Atravesando sus viejos caminos entre los destellos que emite la naturaleza y las realidades humanas distantes, fui recorriendo poco a poco, un torbellino de situaciones muy dispares entre ciudades, pueblos y países.
No me dolía tanto la distancia de mis familiares y antiguos amigos porque era demasiada fuerte cada experiancia que transitaba entre mis soledades y diversos circulos sociales. Ambos se iban trazando como garabatos difusos en la hoja en la hoja en blanco de mi gigantezca ignorancia.
Tantos personajes, tanta conversa, tantos paisajes, enseñandome lecciones como a un alumno, irían despellejando la cáscara del huevo que no me permitía ser completamente libre.

Consumí aquello que me fué convidado, acepté la companía de hombres de familia y de humanos marginales, conocí el encierro de las jaulas durante doce días en Ecuador. Experimente la injusticia en mi piel y en el alma, y vi los horribles polos de explotación social y de la naturaleza.
Conviví con ermitaños en tierras aisladas, y conocí la bondad anónima de quien regala un plato de comida y una sincera sonrisa.

Fui bendecido y protegido cada día, aún estando mojado bajo la lluvia o muerto de calor sin un techo ni paredes que me acobijen.
Experimenté el amor verdadero que ocultamos detrás de un coraza de papel celofán, adentro mío y en aquellos que m lo mostraron sin la necesidad de mediar palabras.

Perdí la paciencia, y me hundí hasta el fondo de mis delirios, de mis complejos y miedos... experimentando el dolor de quien se ha equivocado y no reconoce la responsabilidad de sus actos.
Recordando infelizmente que aún continuaba siendo un niño.

Hice acusaciones y tuve prejuicios, y con el tiempo caí en cuenta que yo había hecho, dicho o pensado lo mismo. Le eche la culpa al resto, por el sufrimiento causado en cada rincón del mundo.
Más tarde me percaté que recibimos lo mismo que sembramos y siempre hay una salida esperando que elijamos su camino.

Con el tiempo y progresivamente, me fui acostumbrando a dormir sin colchón, a no quedarme en un lugar fijo, a cargar con poco equipaje, con poco dinero y soltarme a compartir con cualquier persona, comprendiendo que de todos aprendemosalgo diferente, y a todos podemos enseñar un enfoque distinto.

Me caí incansables veces guiado por el ciego egoísmo y atraje hacia mi aquello que deseaba, pero también aquello que tanto temía.
Los días de viaje se me hicieron largos, magicamente largos.
Procesar y descifrar cada acontecimiento lo considero hoy día el mayor y más importante
trabajo. Valiendome de la información concluida como una herramienta de crecimiento y aprendizaje.

Transcurrieron cinco años desde aquel comienzo, y algunas visitas familiares.
Transcurrieron diferentes formasde moverme y con cada una de ellas una nueva formade entender la vida, la realidad y eluniverso.
Trancurrieron muchas personasa mi lado, para acompañarme y disfrutar juntos la hermosa expriencia de estar vivos.

Estiré las piernas, levanté los brazos y desnudé mi cuerpo en incontables ríos, lagunas y charcos estancados.
Y lo más simple brilló a mi lado.

Muchas situaciones se pusieron verdaderamente difíciles, estando tan lejos, estando tan sólo. Respiré profundo y actué como sentí que era lo más correcto, y las nubes tarde o temprano despejaron el cielo de mi visión.

A fin de cuentas, sólo soy un caminante zurcando una multiple variedad de caminos, aprendiendo a ser felíz sin la necesidad de medir el tiempo ni calcular las distancias.

Recuerdo haber leído grandes verdades en más de un papel, y también creo haberlas sentido en mi conciencia volatil dibujando espirales en el aire.

Hoy acá estoy, siendo una simple partícula que conforma el enorme instante, moviendose entre los escurridizos pasillos del inagotable tiempo y aceptando con alegría las reglas que le dan vida a mi diminuta existencia.


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