Lucho todavía
por lograr fecundamente encauzar
mis emociones y pensamientos
hasta un río cauteloso
que sea capaz de arribar al mar
de la inmensidad.
Seco y sin salida
me encuentro algunas veces.
Lleno y abundante,
en ciertas ocasiones.
Pareciera,
en los momentos difíciles,
que es el destino quien lo forja a uno,
pero en sí,
somos nosotros mismos
quienes construimos y nos fundimos con el destino,
que ciertamente hemos creado e imaginado
con anterioridad.
Confianza por favor, vuelve a mí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario