Mundo transgénico, el caso de Paraguay

Monocultivo de girasol - Paraguay

En la década de 1960, con el argumento de acabar con el hambre en el mundo y aumentar la producción agrícola, se impulso una forma de producir alimentos dependientes del uso de insumos industriales. Este nuevo modelo desplazo a la agricultura a pequeña escala diversificada, por la implementación del monocultivo sin rotación. Se generó de esta manera una gran dependencia de los productos químicos elaborados por las compañías trasnacionales, para aumentar el rendimiento de las cosechas y suplementar el desequilibrio provocado en las propiedades del suelo. Con el tiempo salto la ficha en el barrio. Este método provocaba efectos perjudiciales para la salud humana y del medioambiente, y finalizó devastando la base natural de la producción agropecuaria.

En los años noventa se introdujeron semillas transgénicas a la agricultura, una vez más, utilizando el argumento de acabar con el hambre del mundo. Sin embargo, no solo esta promesa no se cumplió, sino que el hambre a nivel mundial continúa en aumento, al igual que el control empresarial sobre la producción de alimentos.
Hoy el sistema de producción de alimentos está dominado por unas pocas empresas transnacionales que controlan desde las semillas, hasta la venta de productos de los supermercados, y actualmente incluso la tierra. Son ellos quienes definen qué se produce, cómo se produce y cómo se distribuye, e incluso el precio de los alimentos. El objetivo de estas empresas no es alimentar a la gente, sino generar cada vez más ganancias para sus accionistas. Por eso los alimentos se han convertido en una mercancía. Ya no importa su valor nutritivo, ni cómo son producidos o cómo son distribuidos. La pérdida de capacidad de decisión de los pueblos, de cómo, cuál y para qué producir alimentos es una pérdida de soberanía.


(Texto modificado que pertenece a alguien)

Cultivo de té en Misiones Argentina


Monsanto es el nombre de la empresa de capital norteamericano quién controla y certifica actualmente el 90% de las semillas a nivel mundial. En plena crisis alimentaria estas mega empresas registraron ganancias record: Monsanto aumentó sus ganancias en un 44% en 2007 y Cargill, por su parte, aumentó sus ganancias por venta de insumos agropecuarios en un 86%.
En el año 2016 Monsanto fue absorbida por Bayer, quién es la mayor productora de fármacos del mundo. Si tenemos en cuenta que el actual certificador de semillas a nivel mundial es quién también produce los medicamentos, y los frutos de tales semillas están bañados en agro tóxicos, no podemos esperar más que ver el incremento de farmacias en cada rincón del globo terráqueo concurridas por una sociedad enferma.

La crisis alimentaria no es más profunda aún porque la agricultura campesina y familiar continúa alimentando al mundo. Es este tipo de agricultura de pequeña escala la que abastece a los mercados locales y nacionales, garantizando así la alimentación de la gente. Esta misma representa el 50% de lo producido.  
Lamentablemente, la agricultura campesina y familiar está seriamente amenazada por el avance de los monocultivos, la concentración de la tierra, el control del sistema alimentario por las grandes empresas y las políticas neoliberales que imponen la producción agropecuaria para la exportación y la eliminación de las políticas tendientes a proteger la producción local.

En el ciclo agrícola 1999-2000 se incorporó la semilla de soja transgénica al territorio paraguayo. A partir de ese momento, el área sembrada con soja fue posicionando a Paraguay como uno de los principales productores y exportadores de soja a nivel mundial. Llegando penosamente al puesto número 4, ya que dicha expansión agrícola no ha hecho más que socavar la brecha social de forma alarmante.
Se estima que la mitad del territorio sembrado eran tierras pertenecientes a familias campesinas que fueron apropiadas por venta a bajo precio, alquiler o desalojo forzoso. Cabe resaltar que desde el momento que cayó la dictadura de Stroessner, y que duró nada menos que 35 años, han sido asesinados más de 100 dirigentes campesinos, de los cuales sólo un caso fue investigado y su autor condenado. Los demás permanecen en la impunidad. La criminalidad de la protesta es claramente grave. Ningún organismo de Derechos Humanos ha efectuado su impronta en este país, que por no tener acceso al mar parece olvidado.

Se sabe que un 80% de las tierras de Paraguay se concentran en un 2% de los propietarios. Idénticas características de posesión tenía  la Europa feudal de la Edad Media.

(Información extraída y modificada de otro autor)









Arando con bueyes en una chacra de Misiones - Argentina ( 2017 )

Pedaleando con Marita entre los cultivos


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