Acerca del día que conocí a la muerte

Arte con basura hallada en el mar - Brasil


Era una jornada normal de milanesas con puré alrededor de la mesa redonda de madera, escuchando al miembro más inteligente de la familia...el señor televisor. O a quién, en aquel entonces, uno creía que tenía la posta. Cuanta ingenuidad. Yo estaba en modo infantil. Conseguía contar mi edad con los dedos de ambas manos. Como de costumbre, el televisor hablaba mientras lo escuchábamos con atención. Canal 13, accidente de ruta. Dos colectivos hechos pelota, decorados con fiambres humanos embadurnados de salsa roja. Un bardo total.

- ¿Mamá qué es eso? -. Le pregunté con la intriga elocuente de un detective en miniatura.
- ¿Qué cosa hijo? .Lo rojo má, la carne salpicada por todos lados. ¿Por qué tanta gente llora?-
- Y mira acaba de suceder un accidente. Hay heridos y bueno al parecer, algunos muertos.-.
- ¿Muertos? Pero qué, ¿de esa manera? Que feo.
- Si hijo fallecieron, no van a vivir más. A todos tarde o temprano nos va a ocurrir eso. Después te    meten en un cajón y te entierran debajo de la tierra porque empezamos a oler a podrido, como a    aliento de perro.

¿Qué? ¿Morir así? Y nosotros que viajamos tanto, la puta madre. Mi madre no expresaba cara de chiste.

Verdad número 17 descifrada: puedo morir en cualquier momento.

Malestar estomacal. Mi avenida ancha se convirtió de repente en un callejón sin salida. Imaginaba un cuervo sobrevolando la casa guiñándome el ojo, al momento de cruzar miradas. Aguanta un poquito, che. Banca que todavía no estrenaron la peli de los Caballeros del Zodíaco, y en Dragón Ball apareció uno re misterioso que se llama Vegeta.
Morir tan joven. Y yo dedicándole mi valioso tiempo al Tetris ese de mierda, que no sirve para nada. Si no quiero ser albañil. Mucho menos si tengo que levantar paredes con ladrillos tan deformes.

Fíjate como es la cosa. Primero Papa Noel y los Reyes Magos. Después lo de la cigüeña y el chamuyo de que las ratas compran dientes y manejan guita. Nunca vi ninguna en el kiosko comprando ni siquiera un mantecol. Y ahora esto? Me tienen que estar jodiendo. Pensé que todos íbamos a llegar a viejos, enamorados, sonrientes. Que iba a pintar comer guiso de perdices por siempre. No sé, las pelis d Disney siempre hablan de eso. Quiero antes que nada conocer la tumba de Tutankamon; saber dónde está Wally. Quiero ver la peli del Rey León unas cien veces más. Esto es un bajón. Me siento estafado, señor devuélvame la entrada, no me está gustando la función.
Bueno, aunque pensándolo de otra manera, no está tan mal. Eso significa que mejor hago ahora lo que se me dé la gana, por las dudas. Disfrutar, jugar más, reírme con mi hermano. Esas cosas que me gustan tanto. Ir al campito a prender fuego alguna porquería, comer ciruelas de los árboles, bañarme en la laguna, ir al basurero a buscar tapitas de gaseosa Mocoretá que todavía está la promo.

- Fede, ¿te pinta jugar un Mario Bros.?
- Si dale...uhhh que olor a pedo, ¿qué carajos estás fermentando? ¿Desayunaste un muerto?
- No fui yo, y por si no lo sabías vos también te estás muriendo.


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