El valor del arte



¿A quién le sirve el arte? ¿Sera al público o más bien al artista?

“Despierten, y aplaudan que el payaso ya está arriba del escenario. 



Démosle una cálida bienvenida a la soberbia de su arrogancia.
Comienza la función y el artista hablara de sí mismo,
reirá con sus propios chistes,
nos contara su percepción del mundo.

Hay que darle el desayuno con elogios, flashes y premios.
A cambio nos expresara las palabras más bellas del cosmos,
con oleos y pasteles de magnificas combinaciones,
hará increíbles acrobacias,
nos embriagara con sus melodías de arpa hasta los abismales límites de la locura.

¡Qué elocuente! ¡Cuánta perspicacia! ¡Aplaudan aun más fuerte”

“Revolquémoslo en el fango de su ego y con fuegos artificiales
iluminemos el cielo de nuestra ignorancia”.

“Llego el artista a su hogar, el escenario.
Nos vino a regalar bufandas para esculpir el frío,
y un centenar de acuarelas para que pintemos los ríos con imaginación de niño”.

“Déjenlo tranquilo, habrán paso para que se exprese.
Ha venido de lejos cargando un periódico de noticias nuevas,
seguro que caminó sobre espinas y brasas ardientes.
No corran ni se alejen, ¿es extravagante?
Si, pues, esas vestiduras son los mantos del mundo por donde el anduvo.

Vean detenidamente como su expresión se pierde en el horizonte.
Esta acá para brindar, no para quitarnos algo.”

“Recíbanlo, abrásenlo, de más están los aplausos.
Guarden las medallas que no tiene donde colgarlas.
Silencio, escuchen y observen, y por favor respeten,
él vino de muy lejos hasta aquí, solo para vernos.
Es un medico sin licencia y llego para mostrarnos las medicinas
con las cuales esta curando sus heridas.

Quizás sean sus reflexiones, quizás sea provocarnos la risa.

No lo interrumpan, ni lo juzguen. No lo alaben ni se agachen,
Este artista es de carne y huesos, y por dentro lleva impregnada
la fragilidad de cualquier ser humano”.
Última convención de circo y artistas callejeros - Buenos Aires


No hay comentarios.:

Publicar un comentario