Piriapolis |
Para comenzar Francisco, como lo deberían de llamar sus vecinos, nació
en Montevideo, Uruguay en 1847. A la temprana edad de cinco años quedo huérfano
de padre, entonces para conciliar la
pérdida y recibir una buena educación su madre decide enviarlo a Italia bajo el
cuidado de un tío que era monje jesuita. Al parecer de esa relación que duró
hasta los doce años del joven, brotaría su iniciación en la alquimia.
Piria se convierte con los años en un ávido comerciante de bienes raíces
una vez que regresa a su país natal, comprando grandes extensiones de tierra,
dividiéndola en porciones y rematándola con novedosos y estrafalarios métodos para
la época, como dar a pagar un solar a 30 años. De esa forma comienza a amasar
una fortuna de dinero teniendo menos de tres décadas de vida. A los 29 años,
luego de otro viaje a Europa, compra unas 2.700 ha a menos de 100 kilómetros de
la capital, entre el cerro Pan de Azúcar y el mar, para fundar la ciudad que
posteriormente sería llamada por los periodistas como “Piriápolis”, o ciudad de
Piria. Allí construye un castillo como vivienda familiar, y en sus alrededores
cultiva olivos, castaños, vides, tabaco, yucas africanas, y cantidad de plantas
exóticas. Inicia la extracción de carbón y minerales del cerro, abre un puerto
comercial y de pasajeros, y un tren hasta la costa. Todo financiado desde su
bolsillo, queriendo crear una ciudad autosuficiente. El hombre y sus métodos
parecían venidos del futuro.
Lotea
los terrenos en solares, construyendo plazas y caminos, funda el suntuoso Hotel
Argentino, el cuál sería el más grande de América del sur hasta el momento y el
Hotel Piria, además de la rambla de corte francés. Cuando la primera ciudad
balneario del país está en pleno auge, y tras habitar el castillo durante un
año, se muda con su familia, esposa e hijos a la localidad de Ensenada, Argentina.
Allí emprende un mega proyecto similar, remodelando esta vez una vieja mansión
hasta convertirla en un exuberante palacio cercano al mar. Sin embargo esta
vez, al querer construir un camino directo desde Punta Lara hasta La Plata, sin
pasar por Ensenada, se encuentra con diversas trabas burocráticas que lo
llevarían a abandona el proyecto, tras ser “boludeado” por los políticos de
turno. Entonces regresa a su país natal y finaliza donando las, nada menos que
141 hectáreas al gobierno de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo el
trámite tampoco se concreta y con los años, luego de funcionar un tiempo de
colonia de vacaciones para niños huérfanos, el palacio cae en la ruina por no
tener un sope el municipio de Ensenada para su manutención.
Costanera de Priapolis |
Piria
en Uruguay funda el diario La tribuna popular, de mirada socialista en contra
de la política oficial, pensamiento que más tarde lo llevaría a postularse como
candidato a presidente en el partido, también creado por él, Unión Democrática.
Pero en ese asunto también le va flojo, recibiendo muy pocos votos. Escribe
varios libros, para plasmar sus ideales, entre ellos “El socialismo triunfante,
lo que será mi país en 200 años”. Funda más de setenta barrios en la capital y
sus terrenos aledaños, y habita en 1917 un nuevo palacio en Montevideo, que actualmente
oficia de Sede de la Corte de Suprema justicia de la nación. Donde finalmente
fallece.
Se
esconden varios detalles más acerca de su prontuario de empresario, ideólogo y
rematador, pero es de mayor interés en lo personal, la impronta que dejó plasmada
en cuanto a la simbología de alquimia en su arquitectura, en sus muebles,
esculturas, vitrales, escalinatas y demás objetos que lo rodearon a lo largo de
sus ochenta y cuatro años de vida.
Castillo de Piria |
Piriápolis iba a ser llamada por el mismo Piria con el nombre de
Heliópolis. Mitológicamente Heliópolis es la ciudad donde renace el Ave Fénix,
símbolo emblemático de la regeneración por el fuego, tema central en la
alquimia, a la cual también se la llama la Obra del Sol. El sol está asociado
al oro, tanto al material como al oro o “sol interior” que debe ser extraído de
entre la escoria para brillar.
En
una vista satelital sobre el Hotel Piria se ve claramente como las alas del
edificio dibujan una perfecta H con un círculo sobre el travesaño de la misma.
Esta letra también puede ser identificada con Urano, que es el planeta que rige
a Acuario, y que es la era astrológica en la cual estaríamos entrando. La misma
fue interpretada por los Mayas con la fecha 12 de diciembre de 2012, donde
iniciarían grandes cambios. Si se toma un plano de Piriápolis o una fotografía
aérea, y se unen con un trazo los diferentes puntos donde se encuentran los
principales símbolos alusivos a la alquimia, nos llevaremos la sorpresa de ver
que el diseño se corresponde perfectamente con el de la constelación de Acuario.
Según otros estudios, realizados por el nieto de Piria, entre dicha
ciudad, la fuente de la plaza matriz de Montevideo y el obelisco de cinco
metros erguido en el departamento de Ribera, con la única inscripción en su
base que reza su apellido, se forma un perfecto y gigantesco triángulo. El área
abarcada representaría un resguardo frente a futuras catástrofes que podrían
ocurrir a nivel mundial.
Piria estaba más allá del hombre promedio de su época, era un
vanguardista, un adelantado y creó una interminable obra que sabiéndola
interpretar en base al significado de su simbología, deja a la vista elementos
similares a los que construyeron y demostraron diversas culturas ya extintas.
El poder que alcanzó económicamente este hombre, además de servir para
proveerle lujos y comodidades, sirvió para demostrar que se encontraba en medio
de un proyecto aún mayor. Ya que brindó información a través de planos sutiles
y a la misma vez descabellados para poner a prueba nuestra propia percepción de
la vida y el cosmos. Muchos de los mensajes de su desmesura quedan
superficialmente a la vista, y no es necesario rebuscárselas tanto para
comprender.
¿Qué
son todos esos símbolos que nos vienen develando tanto simples hombres y
mujeres como civilizaciones y culturas enteras? ¿Qué son todas esas megas
pirámides ubicadas estratégicamente observando al cielo? ¿Qué son esos
menhires, obeliscos y figuras antropomorfas de piedra y barro que se repiten
entre pueblos que jamás se vieron el rostro ni hubo manera material de
comunicación? ¿Es acaso la telepatía un delirio? ¿Es acaso la dimensión en la
cual aparentemente vivimos la única que existe? ¿Hablar de energía, conciencia
y conexión elevada es acaso un delirio místico?
Delante del Hotel Argentino de Piriápolis se encuentran dos figuras
conocidas comúnmente como los “leones”. Técnicamente, se trata de grifos,
figura mezcla de león y águila, que simboliza el combate entre ambos seres, que
finalmente se fusionan en uno solo: el león alado. El león es un símbolo de lo
terrenal, lo corporal, lo material, (investigar la concepción andina del puma) mientras
que el águila representa lo espiritual, lo elevado, lo que pretendemos alcanzar
(investigar la concepción andina del cóndor). Todo en la alquimia apunta al ser
humano, por lo tanto este combate materia-espíritu tiene lugar en el hombre mismo,
entre sus planos aparentemente irreconciliables. Pero si luego de esa lucha el
humano logra el equilibrio, accede a un tercer estado de conciencia. Luego de
la pelea, el león pierde la melena, sin embargo gana alas. Esto nos indica que
sin perder ni desdeñar el estado físico ahora puede volar por los planos
superiores de la conciencia y la realidad.
Qué más decir, cuando el conocimiento está
apoyado sobre la mesa al alcance de
todos.
Cerro Pan de azúcar |
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