Jesucristo, el wacho piola

  






















Mira si a Jesucristo, aquel que nació entre mierda de cabra y paja en un pesebre de Belén, hoy le tocara renacer en Argentina, justamente en una villa de la capital. Mira si le pasara eso. 

  Yo lo veo de pibe juntando cartón, cansado de tomar la falopa rebajada del Turco, cansado de entrar colado a la cancha y re cagarse a trompadas con la cana. Lo veo comiendo choripan con chimichurri, tomándose un tetra en cada esquina, escuchando Damas Gratis con la cabeza hecha un flan sin dulce de leche. Lo veo cansado de levantarse temprano para ir a la construcción a romperse el lomo por dos mangos. Lo veo así, y de tan harto de esa vida que le tocó soportar, un día decide renunciar a todo y se toma el palo. Lo veo caminando en chancletas, haciendo dedo, meditando en el Cerro Uritorco. 

  Y quizás sea ahí arriba entre diatribas con los extraterrestres, o quizás entre charlas con los duendes de la feria de San Marcos Sierra, o en la santa soledad de los valles de Catamarca, o escondido cuarenta días y cuarenta noches en un pueblo de la Quebrada de Humahuaca comiendo únicamente polenta con tuco, donde al fin, le caerían todas las fichas juntas, y ungido de una espiritualidad esponjosa, comprendería que el Amor es la llave que abre todos los candados y todas las puertas. 

  Entonces se calzaría una mochila al hombro, con bolsa de dormir y carpa encima, decidido a realizar su gira por Latinoamérica contando cuentos, revelando acertijos y realizando diversas magias. 

  Lo veo rodeado de artesanos peludos, malabaristas sonrientes, prostitutas del momento y otros seres de la calle. Lo veo así al guacho, haciéndola bien piola. Caminando por el mundo, tranquilo, sin ánimos de joder a nadie. 

  Lo veo a ese Cristo ya maduro, y siento que lleva otros nombres y otros atuendos. 

  Lo veo vestido de docente con un balazo en la espalda reclamando sueldos que no aparecen, lo veo ahogado en un río por defender injusticias ajenas, lo veo desaparecido por alfabetizar a los pibes de la villa, lo veo vestido de médico suicidándose luego de haber atendido durante años a los viejitos que no tenían con que pagarle, y lo veo también crucificado y traicionado por aquellos que intentaba salvar de la opresión. 

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