Cuando vuelvas

El momento en que te fuiste a visitar a tu familia pensé:
y ahora además de trabajar que voy a hacer con mis manos? 
Qué haré con mis cinco kilos de piel? 
La Soledad es un fantasma que se siente pero no se besa. 
Me tendré que masturbar para no extrañarte. 
Eso y mirarle de vez en cuando el culo a las estrellas del cielo. 
Agitar el pito como una botella de yogurt bebible, antes de consumir. 
Charlare con mis amigos mutantes sobre la vida 
entre pájaros carpinteros con actitud de martillo y cipreses con más años que Mirtha Legrand. 

Yo no sé si estoy protegiendo al bosque o es el bosque quien me protege a mí, 
y me permite ir construyendo nuestra casa de madera y barro. 
Por fortuna el bosque no tiene dueño. 
¿Quien puede decir que es dueño de un bosque? 
¿Quien puede lotear el mar en parcelas y venderlas a un millón de pesos cada una? 
¿Cuántos peces se quedarían sin hogar o vivirían alquilandole eternamente su vida a alguien más? 

Si cada unx fuera más sincerx con su sencilla y obstinada locura, 
el mundo sería más cuerdo. 




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